Hijas mías, hijos míos, ¿lo sentís? Es la sangre corriendo a través de vuestras venas como un torrente de ira y audacia, es la erupción del volcán que se halla dentro de vuestro corazón y de vuestra mente, el mismo que os mueve hacia la batalla, el que os dará poder cuando estéis fatigados, el que os indicará en la oscuridad de la noche la estrella que os lleve de regreso a casa.
Notadlo, sentid como late con pasión, decidido, seguro, ardiendo y transmitiendo todas vuestras emociones hacia la espada que blandiréis en el momento indicado. Alimentaos de él y alimentadlo a él, sólo así dominaréis el ardor de la heroicidad.
Afrodita.
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