
Debéis esforzaros, héroes y heroínas, porque el camino hacia el Olimpo no es sencillo. Pero nos os preocupéis hijos míos, no estáis solos. Yo os protegeré desde lo más alto del campo de batalla y os guiaré para que las leyendas hablen de vosotros como los más grandes estrategas del Hélade.
Pongo mi arrojo en la vista de la lechuza que os observa desde el cielo.
Atenea.
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